Consumo = Basura (2006)

Vida llena de contrastes inseparables: lo femenino y lo masculino; la luz y la oscuridad; lo sano y lo insano; la belleza y el horror; la energía y el residuo; la conciencia y la inconsciencia.
La idea de consumir de forma consciente, sin excesos, contrasta con la idea del deseo de procreación para dejar nuestra huella. La memoria que nos da vida y acaba leyéndose acumulada en la basura.
La basura que escupimos nos molesta, la apartamos creando dramáticos paisajes en los extrarradios de donde vivimos y que evitamos. Nos mutilamos para no ver la realidad. Una realidad que arranca desde nuestros cuerpos, máquinas de consumo insaciables.
Nuestros cuerpos son como las plantas generadoras de energía. Necesitamos generar energía para mantenernos vivos. Los motores se encuentran en las moléculas del cuerpo de la mujer. El proceso energético de nuestros cuerpos también requiere la inevitable producción de residuos. Nuestros radicales libres que acaban con todas nuestras células.
Ascensor como “container”: contenedor de residuos que al final es lo que somos.

Intervención en el ascensor de La Casa Encendida como parte del taller Basura, Paisaje y Memoria impartido por el artista visual Daniel Canogar y el colectivo Basurama.